EL PODER DE LA ORACIÓN

 

 

Espíritu de Alegría

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador (Lc 1,46)

 

Invoca al Espíritu Santo

 

Obra de suerte que el Espíritu Santo pueda descender sobre ti y que con su fuerza, retire el velo de tus ojos para que veas al Señor.

 

El mismo Espíritu que descendió sobre los Apóstoles para introducirlos en la verdad entera, tiene que hacer lo mismo en ti y en mí: tiene que engendrar en ti la Palabra, hacerte entrar en la verdad.

 

Maestro ¿dónde vives?, el deseo de los dos es estar con Jesús pero  Jesús no les da una dirección, él vive en la esfera del Espíritu, que es la de Dios y que no puede conocerse más que por experiencia: Venid y lo veréis”. (Jn 1, 39).

 

Presencia de Dios

 

Suba mi oración hasta ti, Señor como incienso en tu presencia (Sal. 141)

 

“El maestro está ahí y te llama (Jn 11, 28-29)

 

Si Dios te ha llamado a un momento de diálogo con El, es para “hablar  a tu corazón”. En el lenguaje bíblico el “corazón” es el centro de la persona, el centro más íntimo de tu personalidad. En el camino de Emaús, Jesús sabe hablar desde dentro.

 

La Palabra debe caer en ti como en una tierra buena, y tú, “después de haberla escuchado con un corazón bueno y unificado, la guardarás produciendo fruto con tu perseverancia” (Lc 8,15)

 

Jesús, modelo de oración

 

Alzando los ojos al cielo, dijo … (Jn 17,1)

 

Los ojos en Jesús.

 

Para saber cómo orar hay que mirar a Jesús, hay que descubrir cómo vive, hay que asomarse a su corazón para descubrir lo que lleva dentro.

 

Orar procede del latín “Orare”, significa “hablar con” o “pedir a Dios”

Rezar procede de “Recitare=recitar”, pronunciar verbalmente algo que está puesto por escrito o que se conserva en la memoria.

 

La Lectura espiritual es la que se hace atenta en el Espíritu y con el Espíritu, de las cosas inspiradas por El.

 

El Tesoro escondido

               

El hombre que conoce el universo del Espíritu, camina erguido, el materialista se arrastra

 

Encontrarse con Jesús significa descubrir la felicidad que procura la práctica de su mensaje.

 

Uno da la adhesión a Jesús y a su proyecto, porque en él ve colmadas sus propias aspiraciones.

 

Jesús no es un teórico de la utopía humana. Su misión es abrir a la humanidad la posibilidad de una sociedad alternativa “el Reino de Dios”.

 

A veces el hombre camina pobre y desolado, todo es debido a que no tiene conciencia de su gran tesoro, escondido en su propia alma. Cuando lo descubra, allí mismo pasará inmediatamente de la oscuridad a la luz, en ese instante será un hombre espiritualmente rico.

 

Vemos, que es el conocimiento del tesoro lo que diferencia al hombre pobre del rico. Sin el conocimiento, al tesoro, en sí mismo, no le dará importancia.

¡Si conocieras el Don de Dios, si supieras quien te pide de beber…!(Jn 4, 10)

 

La confianza en el Señor: verdadera oración

 

María ha elegido la mejor parte y no le será quitada (Lc, 10 ,42)

 

María de Betania, sentada a los pies del Maestro, escuchaba su palabra. Permanece en silencio cerca de Dios.

 

Procura valerte sobre todo del Salmo 15. Es el salmo de la escucha. Del coloquio del creyente con su Señor. Tu corazón es un lugar litúrgico, toda tu persona es templo.

 

¡Qué bueno es, Señor, tu espíritu! Para demostrar a tus hijos tu ternura, les has dado un pan delicioso bajado del cielo. Gracias a la Eucaristía nos hacemos corpóreos de Cristo. Una pequeña porción de pan eucarístico llena todo nuestro cuerpo de la energía divina. El está en nosotros y nosotros en El.

 

Recuerda la actitud de María, dijo: “Hágase en mí según tu palabra”. Y nació una criatura nueva. Porque toda persona que escucha puede encontrar a Dios.

 

Oración mental, es la que se hace en el fondo del alma, sin ser expresada con palabras o gestos.

Oración vocal, la que expresa con palabras los sentimientos del corazón.